Nada vende películas como un buen… casting (II)

sábado, 26 julio 2008 0

Brevemente, explico el título del post anterior y el de este mismo.

Fue Carl Laemmle, fundador de los estudios Universal, el primero en descubrir la importancia de los actores, hace ahora casi 100 años. Una de las actrices de los Estados Unidos más populares de la época, pertenecía a la compañía cinematográfica Biograph y era conocida como eso, simplemente «la chica de la Biograph». Por aquel entonces las películas no informaban en sus títulos de crédito del nombre de los actores que las protagonizaban.

Pues bien, despedida de la Biograph, la chica entró a formar parte de la IMP (Independent Motion Picture Company, sí, así se llamaba antes de llamarse Universal) y Laemmle urdió un plan con ella. Hizo correr un rumor por todo el país a través de la prensa de que Florence Lawrence, «la chica de la Biograph», había fallecido atropellada por un coche en Nueva York. La noticia, claro, corrió como la pólvora. Unos días después el propio Laemmle publicó un anuncio en el periódico con un gran titular: «Colamos una mentira» (‘We nail a lie’), donde desmentía la trágica noticia y, de paso, informaba de que Florence Lawrence protagonizaría la siguiente película de la IMP, ‘The Broken Oath’, que, casualmente, fue un gran éxito.

Resultado: 1, todo el país memorizó el nombre de Florence Lawrence; 2, acababa de nacer la primera estrella de cine; y 3, los productores aprendieron que nada puede vender mejor una película que una estrella.

Corría el año 1910.

Y de ahí, mi titular.

Un abrazo a todos.

Roque.

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