Los nuevos retos

domingo, 23 diciembre 2007 0

Adoro el cine de terror, el bueno y el malo, y casi tanto el malo como el bueno.

¿Que cuál es mi película de terror favorita? La buena, sin duda, ‘El exorcista’. La mala, ¡hay tantas!

Todo empezó una navidad, hace muchos años. Televisión Española pasó los clásicos de terror de la Universal, o sea, ‘Drácula’, ‘Frankenstein’, ‘El hombre invisible’… Eran pases matinales, sobre las diez o las once, de modo que la luz del día entrando por la ventana del salón ayudaba a hacerse el valiente y verlas, una cada día de la navidad. Y ahí quedaron, en el letargo de la memoria. Pronto quise ver las eternas secuelas que nacieron de aquellas películas: ‘La hija de Drácula’, ‘La zíngara y los monstruos’, ‘La mujer lobo’… ¡Qué grandes malas películas! ¡Cuánto terror de cremallera y maquillaje! ¡Qué entrañables monstruos!

Boris Karloff alarga su poderosa mano a través de la ventanilla de la puerta deslizándola alrededor del cuello del inocente funcionario de prisiones. Aprieta y exclama: ¡Devuélveme mi tiza!». Su víctima le devuelve la tiza jurando: «Maldito seas, aprendiz de Frankenstein». Boris, preso, regresa a la celda y explica su delirante plan a su jorobado compañero de celda: transplantar un cerebro. Claro, eso, sin tiza se explica mal.

Preparo un proyecto de terror. Rezaré a mis monstruos para que no me abandonen en tan terrorífica aventura.

PD: El funcionario ignoraba que Boris había sido Frankenstein 14 películas antes. ¡Qué cateto!

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