En Madrid se adquiere, en poco tiempo, la habilidad de quejarse por casi cualquier cosa. Está implícito en el estilo de vida de la capital. La gente se suele quejar, no por lo que le molesta, sino por aquello que es susceptible de queja, le moleste o no.
Y como no iba a ser yo menos, aquí va la mía:
No me gusta que el transporte público tarde tan poco en dejarme en el centro de la ciudad. No es justo. Yo también quiero leer en el Metro.
Feliz verano. Y que dure.
-Roque.
agosto 14, 2009
Jejeje, muy buena reflexión Rocky, por ello de «take the long way home».
La siguiente semana voy 18 días a El país Azteca. Felíz Verano.
agosto 31, 2009
Sí, es algo innato no sólo en los madrileños, sino también en los murcianos. Vamos, una característica del españolito.
Odio quejarme tanto.
OLI I7O