El deseo

miércoles, 2 septiembre 2009 0

Si yo fuera un antiguo poeta chino diría que el deseo es como un jarrón que el chorro de agua nunca colma, parecido al abismo y constitutivo de la materia del abismo. Diría que afila toda espada y mella todo filo, enreda y desenreda toda madeja, separa y fusiona todas las luces, disgrega y junta todas las tinieblas. Diría que parece profundo y permanente, hijo de nadie sabe quién, ancestro de los dioses, generador de fronteras y destructor de límites. Diría que a su fugacidad se une su permanencia, diría que es dual hasta las últimas consecuencias y que ni sus plenitudes ni sus vacíos se pueden llenar y abarcar. Diría que estaba antes de que apareciese el hombre, en todas las criaturas, y que estará después, despeñándose una y mil veces para una y mil veces encontrarse con su dualidad sin fondo, tan creadora como destructora. Diría que es la sustancia agitadora de todas las dimensiones de la vida y de la muerte: desiderium, desiderium, desiderium… He ahí el único mantra que se escucha en el universo y que es como la vibración de fondo sobre la que se proyectan los ecos del big bang.

FERRERO, Jesús. Las experiencias del deseo. Eros y misos.
Barcelona: Ed. Anagrama, 2009. 213 págs. ISBN: 978-84-339-6291-1

Sin comentarios.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.