Yo sí que tengo abuela

lunes, 18 enero 2010 0

Mi nombre es Dolores Pérez Castejón, tengo 94 años y lo que a continuación se relata pertenece a la historia de mi vida.

Así comienza el libro que acaba de terminar de escribir mi abuela. Con un delicioso estilo llano y preciso, que me recuerda mucho al de García Márquez, nos invita a un recorrido por su vida que arrancó en 1914, y que hoy día transcurre apacible en un pequeño pueblo de Murcia, San Cayetano, para más señas.

La de mi abuela, por parte de padre, no es una vida muy diferente a la de muchos de  una generación que se encuentra en inminente peligro de extinción. La de mi abuela ha sido una vida feliz, vinculada al campo y a la posada que regentaba su padre en una pequeña aldea, una vida que tampoco estuvo ajena al deber y al dolor. Ella, asegura en sus páginas, lamenta no haber podido estudiar en la universidad, y no lo dudo: con una mente tan lúcida y elocuente como la suya hubiese brillado académicamente, no me cabe la menor duda, pero estoy seguro de que no lo hubiese hecho más que como la mujer valiente, fuerte y competitiva que ha sido a lo largo de toda su vida.

En el viaje por los entresijos de su biografía, que se extiende a lo largo de algo más de 120 páginas, he conocido una entrañable anécdota que quiero compartir con vosotros.

En el año 1951 estuvimos yendo a Murcia algunos días porque mi hijo Mariano tuvo que someterse a una operación de apendicitis. Se operó en el hospital que había en la calle Correos, que era privado, y por las noches, mi marido y yo, nos quedábamos a acompañar a mi hijo.

Uno de aquellos días, mirando a través de la ventana de la habitación que ocupábamos, vimos un cartel muy grande, justo en el edificio de enfrente, que anunciaba la película que ponían en el cine Rex: ‘Lo que el viento se llevó’. Nada más verlo le dije a mi marido: Mariano, ¿y si fuéramos a ver la película? A mi marido le pareció bien, así que, como mi hijo estaba bastante repuesto, le dimos veinte duros a la enfermera Teo, que así se llamaba, para que cuidara a Mariano hijo y nos fuéramos al cine. La película duraba cuatro horas menos cuarto y yo al final me quedé dormida.

Al poco tiempo fuimos a Cartagena y compramos el libro en la librería Escarabajal. Era un ejemplar de 1949 de Ediciones Ayma que llevaba muchos fotogramas de la película. Aquel libro se hizo muy popular entre algunos de nuestros amigos y familiares que nos lo pedían constantemente para poder leerlo. El libro pasó de esta manera por la familia del tío Pepe Madrid, luego se lo pasamos a Julita la de La Casilla, después a la familia de Donato el de Los Calixtos, más tarde a Lola Lozano y, tras un largo periplo, el libro, por fin, volvió a nuestra familia.

Fueron tantas las manos que lo hojearon que cuando el libro nos fue devuelto le faltaban las tapas y algunas de las hojas estaban muy deterioradas. Por lo mucho que me gustaba guardé el libro a buen recaudo, y con tal celo que, cuando tiempo después quise releerlo, no lo encontré.

Estuve lamentando su pérdida durante años y con tanta pena que mi nieta María Dolores me compró dos ediciones antiguas del mismo libro, aunque ninguna de ellas llevaba fotos.

Hace no mucho, ordenando un armario, apareció el libro escondido en el fondo. Un día de estos tengo que llevarlo a encuadernar.

Hacia el final del libro me dedica una página, que desde aquí agradezco, en la que recuerda cuando le pedí aparecer en uno de los capítulos de Explorers. Su parte era bastante sencilla: ella se encontraba en la plaza del pueblo y Melany, la presentadora del programa, se acercaría para preguntarle por las indicaciones para llegar a un determinado sitio. Ella se las daba oportunamente y finalmente Melany llegaba al lugar con éxito. Accedió a hacerlo y lo hizo muy bien.

El libro hubiese sido imposible sin la ayuda de su hija, mi tía, Dolores A. Madrid, mi tía más especial, y ella lo sabe, y la de mi prima, María Dolores Madrid, aunque yo prefiero llamarla Lolita Madrid, así la tengo en mi agenda, y a la que le tengo un cariño muy especial, pero que muy especial, y ella también lo sabe. A ambas quiero agradecerles que no hayan cejado en su empeño de hacer de este libro una realidad.

La de mi abuela no es una vida fuera de lo común. Está llena de momentos felices, y de momentos tristes, como la de todos, imagino. Sin embargo, hay algo que la hace muy especial, muy especial y muy diferente, y es que se trata de la de mi abuela.

-Roque.

6 comentarios
  • Lolita
    enero 19, 2010

    Gracias mil por tan generoso comentario sobre nuestro humilde libro. La tía y yo hemos pasado horas y horas, durante dos años, sonsacando a la abuela, escribiendo historias y grabando conversaciones. He repasado borradores una y otra vez, y aún así, todavía tenemos algún que otro error en el libro. En fin, como ya has visto es un trabajo muy casero y sencillo pero confeccionado con mucha dedicación y mucho amor.
    Eso sí, artísticamente nos queda mucho camino para acercarnos a ti; ya me habría gustado contagiarme de ese talento que te precede.
    Bueno, tenemos que vernos pronto que me debes un paquetico de obras completas.
    Gracias, de nuevo, por tus palabras, yo también me he emocionado leyéndote.
    Un beso y un abrazo.

  • Dolores a.
    enero 20, 2010

    Muchas gracias por tus elogios hacia el libro.

    No hemos pretendido darnos de escritoras, sino hacerle un homenaje a una mujer cuya larga vida salpicada de buenos y malos recuerdos, sea conocida y recordada por todos sus descendientes.

    Tambien agradecerte tu estimada colaboracion.

    Un abrazo.

    la tia
    Dolores A.

  • José Villegas
    enero 25, 2010

    Muy agradable el relato de la vida de tu abuela. Como siempre, tu narración es encantadora.Gracias Rocky.

  • Planeta Oli
    febrero 4, 2010

    Me encanta esta entrada… pero ¿¡¿por qué diablos no me llegó nunca a mi feed?!? He entrado por ver qué pasaba, que hacía tiempo que no escribías y me encuentro esta entrada «inédita» para mí… ¡Ditasea!

    OLI I7O

  • Angela
    febrero 4, 2010

    Me gusta como comunicas,gracias.

  • Eduardo
    febrero 24, 2016

    La vida de una persona luchadora para sacar adelante a sus hijos con las carencias de aquellos años de posguerra, mi admiración por este libro que habéis hecho de vuestra madre y abuela.

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