Peligro, cine clásico

martes, 14 julio 2009 0

En los últimos meses me he encontrado con varios actores, jóvenes todos ellos, que me han confesado, sin ningún tipo de reparo, que no les gusta el cine antiguo (sic), que les supone un esfuerzo y que en la mayoría de los casos les aburre, como si fuese algo pasado de moda, imposible de competir con el cine actual.

No alcanzo a comprender cómo un actor, o alguien que pretende serlo, es capaz de lanzar semejante exabrupto. Y me he animado a escribir sobre esto, a llamar la atención sobre la escasa cultura cinematográfica que existe entre muchos, mal llamados, profesionales del medio, técnicos o artísticos, porque no se puede llegar a ser profesional del todo sin determinados conocimientos sobre el pasado de la profesión que se ocupa.

No se puede ser tan pretencioso al creer que se puede sobresalir en algo o demostrar algún rasgo de originalidad, a estas alturas, sin conocer previamente lo que otros han hecho con anterioridad. No se puede dar la espalda de un plumazo a todo el legado cinematográfico que nos ha traído hasta aquí, aunque sólo sea por ver cómo y en qué contexto lo hicieron, y si lo hicieron bien o no. El cine no tiene fecha de caducidad. Un crimen, un amor o un desamor pesan ahora tanto como antes. Las sociedades cambian, pero los corazones se siguen haciendo añicos del mismo modo. No se puede ser un buen pintor y decir que te aburren los museos. ¿Se puede escribir una novela sin conocer lo que los grandes han escrito antes? Imagino que sí, pero se está condenado a escribir a tientas, sin rumbo, sin control alguno.

Decía Menéndez Pelayo que el pueblo que no conoce su Historia está condenado a repetirla. Un actor que no conoce lo que otros han hecho antes, probablemente, profesionales mucho más talentosos que él o ella, podrá probar suerte y puede que tenga algún momento de brillantez o de ingenio, pero éste será aislado y acabará por descubrirse en su ignorancia.

A esos que me confiesan que no les gusta el cine antiguo, me gustaría convencerles de todo lo contrario, les recomendaría alguna breve Historia del Cine, no demasiado larga ni engorrosa, para no abrumarles con datos, y les animaría a que empezasen a ver las películas que en ella se mencionen, que las vean teniendo claro cuándo, dónde y por qué. Y pronto se darán cuenta de que cuando escuchen silbar en M, el Vampiro de Dusseldorf estarán frente al mismo efecto que creaba la conocidísima banda sonora de Tiburón. Pero con una diferencia: M, el Vampiro de Dusseldorf se rodó en 1931. Y se enriquecerán y eso, unido a su talento, si lo hubiere, les convertirá en grandes actores, no me cabe la menor duda.

Por favor, no dejéis de ver cine clásico.

-Roque.

1 comentario
  • josé villegas
    julio 14, 2009

    Para un aficionado como yo, más que la clasificación entre el cine antiguo y moderno/contemporaneo, me interesa el tema, el guión, la fotografia, no soy fan de ver una película por y sólo de los grandes actores.
    Pero como dice Rocky, para un actor debería ser básico entrar en ese mundo fasinante, e indispensable para su formación. Independientemente de su grando de talento; el cine antiguo podría respesentar una base solida en su cultura cinematográfica personal, que finalmente el actor podría traducir en un mejor desempeño de su obra.

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