No sabía nada de Star Trek. Sí, sí, como os lo cuento. Pero nada de nada. Siempre me habían parecido demasiado cursis sus uniformes de a bordo y una especie de traición a mi muy querida Star Wars. Tan sólo sabía que:

1. es una serie de televisión y de películas de la era espacial,
2. que la nave donde viajan los protagonistas se llama Enterprise,
3. que uno de los de la tripulación se llama Spock, de orejas puntiagudas y flequillo mortal,
4. que el capitán se sentaba en un sillón a dar órdenes
5. y que tenían un simpático gesto con las manos para saludar, apartando dos dedos a un lado y tres al otro.

El tiempo pasa y, todo hay que decirlo, se puede vivir sin saber nada de Star Trek, salvo lo arriba mencionado, lo justo para responder dos o tres cuestiones básicas en el Trivial Pursuit.

Hace una semana fui al cine y repasé la cartelera con la ayuda de Rotten Tomatoes, una guía que divide las críticas en positivas y negativas, y hace cuentas de cómo queda el saldo. Pues bien, el 90% de las que tenía Star Trek (2009) eran positivas, lo que la dejaba en un lugar privilegiado, y además la IMDb la ubicaba entre las 250 mejores películas votadas por los usuarios. Obviamente, había que verla.

Y así fue, lo pasé fantástico, como un crío pequeño. Ahora entiendo muchas cosas de la serie, aunque se me sigue escapando lo del flequillo mortal de Spock. Se agradecen películas como ésta, de palomitas y pura diversión y entretenimiento. No os la perdáis si lo que queréis es evadiros del mundo a bordo de la Enterprise durante un par de horas. No sufráis si no conocéis nada de la serie (aunque creo que el bicho raro soy yo por no haber sabido nada antes): la película está hecha para nosotros.

-Roque.

PD.: Ya no me parecen tan cursis los uniformes.