Mal llamada Alicia en el país de las maravillas.
Decepcionado. Esa es la palabra que mejor define el estado en el que acabé. Decepcionado y agotado, por esforzarme durante toda la película para que me gustase y no conseguirlo. Yo sólo quería ver una película sobre el libro de mi infancia, ¿era pedir demasiado?
Decepcionado, porque adoro a Tim Burton y se me escapan las oscuras razones que le han llevado a esta distorsión de la Alicia que habita en los libros y en el subconsciente del público: la trama está distorsionada, para lucimiento de Depp, y balbucea en un sentido y en otro sin definirse claramente en ningún momento, con una batalla final más propia de Dragones y Mazmorras que del libro de Carroll. Más que un homenaje al personaje, parece una venganza: Alicia queda vulgarmente eclipsada por un Sombrero Loco, humanizado, psicoanalizado y, a la postre, absurdo.
Eso sí, bravo por la puesta en escena. ¡Que arda Pandora! Y bravo por Danny Elfman, que sale dando la cara con una partitura prodigiosa y memorable. En Spotify podréis comprobarlo si no lo habéis hecho ya.
En definitiva, decepcionado, porque lamentablemente no ha dejado poso. En mí, claro, porque lo que es en taquilla, aún andan contando los fajos, que no son pocos. Eso sí, buena noticia para futuros directores: la película de Alicia en el país de la maravillas siguen sin estar hecha.
-Roque.
julio 14, 2010
Coincido en todo, salvo que yo no quería ver el mismo cuento. Quería ver algo más perverso, gamberro.
Danny Elfman sale muy reforzado en este trabajo. No te pierdas su «Serenada Schizophrana», la precursora de esta BSO.
OLI I7O
noviembre 27, 2010
La vi en tren en un viaje a Madrid y di gracias por no haberme gastado un euro en taquilla. Aparte de destrozar mi libro infantil de cabecera, es otro más a añadir a la lista de artistas que han perdido el contacto con la realidad. Junto a Almodóvar, Fangoria, Najwa…